La bebida excesiva en los ratos de ocio, como son los botellones, afecta a las conexiones cerebrales de los adolescentes, lo que puede provocar dificultades en la atención y velocidad del procesamiento, problemas de memoria y conductas impulsivas en los jóvenes.
ALCOHOL EN JOVENES
Así lo revela un estudio pionero, que cuenta con la participación de diversos centros españoles de investigación, publicado en 'International Journal of Neural Systems', y que por primera vez ha analizado cómo es la conectividad neuronal en jóvenes que toman bebidas alcohólicas en exceso pero en ocasiones puntuales.
La investigación, también destaca la búsqueda de sensaciones o la atracción por el riesgo entre estos adolescentes, aunque los científicos desconocen si el alcohol en este caso es causa o más bien efecto de estos perfiles.
"Nuestro estudio prueba una diferente configuración de ciertos circuitos cerebrales en adolescentes y jóvenes que consumen alcohol de manera excesiva comparados con los que no lo hacen", afirma Luis Miguel García Moreno, investigador del departamento de Psicobiología de la UCM y coautor del trabajo.
Para llegar a esta conclusión, los autores analizaron la actividad cerebral de 73 estudiantes que acaban de empezar en la universidad mediante magnetoencefalografías. De ellos, 35 jóvenes (17 chicos y 18 chicas) admitieron tener borracheras ocasionales y 38 (21 chicos y 17 chicas), apenas bebían. Se considera un consumo excesivo de alcohol cuando se llega a entre los 60 y 40 gramos de alcohol concentrados en una única sesión.
Durante la prueba, los jóvenes no pudieron beber nada alcohólico las veinticuatro horas antes de realizarse la prueba cerebral. Las diferencias registradas en cuanto a conectividad neuronal entre uno y otro grupo tuvieron lugar en estado de reposo, sin que los participantes realizarán ninguna tarea cognitiva."Cuanto más temprano sea el inicio del consumo, más probabilidades hay de que el daño sea mayor", alerta el científico.
FALTAN DATOS POR PROCESAR
Aunque falta por procesar gran parte de los datos obtenidos para saber cómo afectan estas alteraciones a los jóvenes, los autores avanzan algunos resultados. "A nivel conductual y cognitivo hemos observado algunas dificultades en atención y velocidad de procesamiento, problemas de memoria o perfiles de conducta caracterizados por la impulsividad", avanza el investigador.
Asimismo, "podríamos asistir a un desarrollo anómalo de las conexiones cerebrales durante el desarrollo, con consecuencias neurocognitivas futuras", sugiere García Moreno, quien recalca que resulta complicado establecer vinculaciones precisas, a falta de más investigaciones.
Este estudio, que es pionero en este ámbito, cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Santiago de Compostela y el Centro de Tecnología Biomédica (Madrid).
Según los últimos datos recopilados en la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) 2012/2013, el consumo de alcohol ha aumentado en los dos últimos años, sobre todo entre los de 14 y 15 años, y hasta el 62 por ciento de los adolescentes de 14 a 18 años ha hecho botellón en el último año.
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